domingo, 23 de octubre de 2011

Eco Arte y Revolución Nacional Popular en Latinoamérica



PLANETA AZUL
 Por Lorenzo A. Carrasco Jopia


La propuesta tiene como eje de motivación y fundamentación la carta escrita por el General Perón  titulada “Mensaje a los Pueblos y Gobiernos del Mundo” enviada desde su exilio el 16 de marzo de 1972 al Secretario General de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim. A
La escisión de la humanidad con la naturaleza, es la consecuencia de nuestro quehacer cultural, a lo largo de la relación histórica que hemos mantenido con nuestro entorno en si, con el planeta y con la vida que se desarrolla en él. Esta desvinculación ha provocado en más de cien años, que este, el planeta azul, paulatinamente se deteriore y vaya perdiendo su condición de sostener la vida, de los complejos eco-sistemas en sus más diversas y maravillosas manifestaciones incluyendo, por supuesto, la vida humana y lo que esta ha creado a lo largo del tiempo. “El ser humano ya no puede ser concebido independientemente del medio ambiente que él mismo ha creado”. Debemos reflexionar sobre este punto. El ser humano, como sujeto transformador de  eco-sistemas; tanto terrestres como acuáticos, ha venido alterando el medio ambientes con el fin de crear o generar condiciones favorables para satisfacer sus necesidades, tanto vitales -indispensables para su condición de vida-, como superfluas y ajenas.
La “relación de la humanidad con la naturaleza” desde la cosmovisión de los pueblos originarios y ciertas civilizaciones, donde se puede destacar el sentir, el pensar, el comportamiento de mujeres y hombres, los cuales se sentían parte de un todo, una simbiosis ancestral para aquellos grupos humanos donde el vinculo tenía o tiene aún para estos grupos sociales, un sentido sagrado; para otros un sentido práctico -dentro de un contexto de respeto por la naturaleza-, en el sentido que se le daba y que aún se le da por parte de pequeños grupos en sus  practicas sociales al hecho de ser profundamente concientes de las posibles implicancias que podían o pueden temer ciertas formas de intervenir la naturaleza con el objetivo de satisfacer sus necesidades personales, como de sus respectivas comunidades, siempre manteniendo la armonía entre sus prácticas individuales y sociales con la naturaleza. La ruptura es provocada por el surgimiento de ciertas prácticas sociales de aquellos grupos humanos, que fueron desarrollando  construcciones ideológicas y místicas, dentro de una amalgama de hechos en la paulatino construcción de una condición de privilegio o condición de privilegio divino, que se ha venido expresando en la forma de relacionarse con la naturaleza y con otros humanos, creándose así un conflicto entre grupos humanos, donde la “codicia y la imprevisión humana”  fueron desplazando o en el peor de los casos sometiendo aquellas formas más sanas, equilibradas y sensatas de relacionarse con la naturaleza, y con la propia existencia de la vida humana: “humanae vitae”.

La codicia, expresada en una de sus formas más grotesca como es el exceso de lucro, fuerza  provocadora de las más perversas pasiones humanas, que ha convertido a la naturaleza y la vida de millones de seres humanos en un objeto, un medio, o un instrumento para satisfacer la desmedida y degenerada ambición de acumulación de riqueza y poder, de aquellos que solo se benefician a sí mismos en desmedro de la gran mayoría de habitantes del planeta. Estos seres nefastos y manipuladores de los conceptos de Estado y Nación, conceptos válidos en cuanto tienen por función el bien común y mejorar la calidad de vida de todos los habitantes.
Estos conceptos les han permitido tener el soporte político - administrativo para poder tener el control y supremacía en lo económico, que les ha facilitado generar condiciones ideales para la construcción de un estado de dominación de amplios territorios, por no decir en forma global- con el fin de expandir- su “humus nefandus” que corroe la evolución natural de un sutil y complejo planeta azul; donde los Estados – Naciones de los países desarrollados han venido abusando de ciertas prácticas políticas, sociales, jurídicas y económicas en desmedro de    Estados – Naciones menos desarrollados, débiles en lo político, jurídicamente manipulables y de economías dependientes, que los llevan a vivir en un submundo de donde es muy difícil surgir; vivir con dignidad y decoro.
Los países industrializados del primer mundo, con un alto desarrollo de tecnologías y con su fuerte poder de influencia en la toma de decisiones política – militares dentro de las instituciones globales,- han sometido en el transcurrir de la historia a los países menos poderosos e influyentes, trasformándolos en colonias o modernamente aplicando un neocolonialismo económico, quedando así estos territorios bajo la dictadura de un poder económico asfixiante y en constante expansión –llamada globalización-, sometiéndolos en su quehacer político, social, jurídico, económico y tecnológico, que los lleva trágicamente a la explotación del hombre por el poco hombre, apropiándose de sus recursos naturales, dejando a sus pueblos sumergidos y agobiados por la pobreza, la ignorancia y la desesperación que los asfixian.
Las naciones de economías poderosas y de comportamientos políticos dominantes - por el momento -  a la cabeza de esta conjunción de países poderosos está Estados Unidos de Note América; algunos refinados países Europeos, siendo los más llamativos Alemania, Francia, y por supuesto Inglaterra, y sus alianzas con  los exóticos países Asiáticos, y los complejos Orientales.
Todos sucumbirán en tiempos venideros a las maquinaciones invisibles de los grupos de poder económico que pululan sigilosamente por sus palacios. Estos maestros de la conspiración en las letras de la historia de la humanidad, no tienen ni nación, ni leyes nacionales o internacionales que los regulen, están enquistados en el quehacer político de los países más industrializados y de economías supuestamente sólidas, donde existe un total sometimiento por el dinero y viven para el dinero. Lo que les produce ceguera en esta alquimia ocultista de aquellos que pretende transformar la “Lux vitae” del planeta en el oro encandilador. 
Latinoamérica, puede dar testimonio histórico muy claro y contundente del hecho de como los países desarrollados y los grupos de poder económicos dominantes internacionales quienes, en complicidad con agentes locales, han podido conspirar a lo largo de las vida de las jóvenes Repúblicas Latinoamericanas para apropiarse de sus recursos naturales y enriquecerse con el sudor de sus pueblos.
Las prácticas productivas, primordialmente de los grupos hegemónicos y dominantes en el contexto de la economía internacional, han provocado contaminación ambiental, sobreexplotación de los recursos naturales, falta de interés y voluntad por ejercer medidas concretas ante el constate aumento global de la temperatura del planeta. Sumándose a este complejo escenario el crecimiento demográfico.
Ante este complicado cuadro se requiere impulsar formas creativas y diversas del fortalecimiento de la “conciencia de todos los pueblos Latinoamericanos por los temas de la contaminación, del medio ambiente, y la biosfera, la dilapidación de los recursos naturales, el crecimiento sin freno de la población y la sobre estimación de la tecnología, y de la necesidad de invertir de inmediato la dirección de esa marcha, a través de una acción mancomunada internacional”.
Desde la fusión del arte y la ecología, se ha venido gestando desde la década del 60 un concepto artístico denominado ECO Arte. Esta tendencia preocupada de la ecología, el medio ambiente y del quehacer artístico, es un concepto, que desde el campo teórico – conceptual y estético es todo un humus fértil donde pueda germinar una nueva forma de reinterpretar el concepto de ECO Arte al incorporarle el elemento político en el gesto creativo de la plasmación de una obra de arte bajo esta propuesta estética – conceptual, basado en la primicia que “son necesarias y urgentes: una revolución mental en los hombres, especialmente en los dirigentes de los países más altamente industrializados; una modificación de las estructuras sociales y productivas en todo el mundo, en particular en los países de alta tecnología donde rige la economía de mercado, y entre la humanidad y el resto de la naturaleza”. Iniciando el lento y sutil proceso transformador a nivel de personas o grupos de personas, dentro de Chile y convocando y formando alianzas con países Latinoamericanos, como también invitando a personas que habitan en otros continentes, primordialmente del Primer Mundo, en el sentido de la responsabilidad que les cabe a los habitantes de los países desarrollados en la búsqueda de dar respuestas en forma concreta a las problemáticas que nos afectan en forma global; teniendo la claridad que “todos estos problemas están ligados de manera indisoluble con el de la justicia social, el de la soberanía política y la independencia económica del Tercer Mundo, y la distensión y la cooperación internacionales”.
Al leer la carta escrita por el General Perón  “Mensaje a los Pueblos y Gobiernos del Mundo” se puede sentir la lucidez visionaria, de un hombre controvertido, quien nos dejara en espera, como Latinoamericanos que somos, y habitantes de este Planeta Azul el dar respuesta a la carta por nosotros mismos a esta misiva dirigida al Secretario General de las Naciones Unidas, que al parecer no respondió. Esta seria la respuesta de un artista de un pueblo  del  mal llamado Tercer Mundo.
El documento –la carta- nos entrega una identificación lúcida de las principales problemáticas que se han venido gestando en el vientre del quehacer histórico de la humanidad, donde nos propone coherentes y acertadas soluciones, que son de una importancia vital en poner atención al mensaje  plasmado en su misiva escrita el 16 de marzo de 1972 durante su exilio.
Hoy, después de 39 años este documento mantiene vigente su contenido, el cual se entrelaza perfectamente al contexto histórico de inicios del joven Siglo XXI que nos presenta un Cambio Climático Global.
Las soluciones planteadas por Juan Domingo Perón en Primicias y Cultura / Al Tercer Mundo son para mi un gran descubrimiento, y un motivo de inspiración, donde veo renovado mi interés por el Arte, permitiéndome temer una base argumental del rol del arte como una herramienta que abra espacios de convergencia, provocando reflexión sobre la manera de como hemos venido habitando el planeta y como henos convivido entre nosotros. Enmarcando la acción artística en un contexto histórico, en el cual se han agravado las complejas problemáticas medio ambientales en forma global, en un contexto de efervescencia social que se han venido desarrollando y a la vez afectando al Tercer Mundo y al resto de este mundo fragmentado que acentúa sus contradicciones, que se manifiestan, dando las señales que nos dan aviso de los hechos catastróficos que están por venir y que responsablemente se pueden prevenir haciendo lo imposible para reinvertir la situación actual que nos permita superar esta situación de estar al borde de un abismo. 
El sentido reflexivo y critico de la carta se mantiene vigente a inicios de un nuevo siglo, donde el documento renueva su validez ante los informes aportados por la comunidad científica, que dan alarmantes voces, sobre los diversos efectos que se están haciendo sentir en distintos lugares del planeta; que son el producto del aumento gradual de la temperatura del planeta, que esta provocando complejas problemáticas en los eco sistema, entre  grupos humanos; afectando grandes territorios de países tanto desarrollados, en vías de desarrollo y los  sub desarrollados. “Muchos de estos problemas deberán ser encarnados por encima de las diferencias ideológicas que separan a los individuos dentro de sus sociedades o a los Estados dentro de la comunidad internacional.”
La carta al Secretario General de las Naciones Unidas de 1972 es de una coherencia lúcida, tanto en su análisis y en sus razonables propuestas que en ella son planteadas con la clara intención de rehacer un equilibro armónico entre nuestro quehacer cultural como humanidad con los ciclos y procesos de la naturaleza; en el más alto sentido que tiene el poder resguardar la vida “Lux vitae” que se aloja en muestro único Planeta Azul.       
“En defensa de sus intereses, los países deben propender a las
integraciones regionales y a la acción solidaria.”
                                                                                                     Juan Domingo Perón.
 


(“) Lo fragmentos seleccionados fueron extraídos de la carta escrita por el General Perón  titulada “Mensaje a los Pueblos y Gobiernos del Mundo” enviada desde su exilio el 16 de marzo de 1972 al Secretario General de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim. A.

miércoles, 19 de octubre de 2011

A 66 Años del Triunfo del Movimiento Nacional en las calles de Buenos Aires

LUIS  MONZALVO

De la Unión Ferroviaria de Córdoba al 17 de octubre del ‘45


Por Carlos Alberto Del Campo

Ferroviario del Central Argentino (Mitre) publicó un valioso libro, que permanece olvidado como su autor figura relevante del movimiento obrero y protagonista de la Revolución Nacional (1943/55). A los 15 años ingresó al ferrocarril y en poco tiempo fue delegado del “Sindicato Autónomo Ferroviario de Tráfico y Talleres”. Participó en asambleas del sindicalismo anarquista en la Sede de R. de Sante Fe 526. Su notable inteligencia y vocación autodidacta le brindaron una sólida formación. Integró los comandos de huelga, perseguidos por la policía; tuvo trato directo con hombres de la Reforma del ’18;  participó en la fundación de la CGT nacional; fue electo Concejal (1932) por el Partido Socialista y llegó a ocupar la Jefatura de Jubilaciones Ferroviarias cuando Ramón J. Cárcano estaba a cargo del Consejo Nacional de Previsión Social.

En 1943 fue trasladado a Buenos Aires. Era un dirigente que se había destacado en la resistencia al “Laudo Presidencial” (Presidente Justo) por el que se “retenían de 4 a 6 salarios por mes para cubrir las pérdidas que decían tener las empresas (inglesas), las mismas que además  exigían que la Unión Ferroviaria fuera dividida en 4 gremios”. 

Monzalvo logró entrevistarse con el TCnel. Domingo Mercante (tenía un hermano y el padre ferroviario) a efectos del cese de la intervención donde concurrió con Fermín Soto, Juan Carugo, Plácido Polo y Juan Olivera mas tarde fundadores del Partido Laborista. Finalizada la reunión tipió un esténcil y confeccionó 100 copias que se enviaron por los trenes a hombres claves de las filiales del país a quienes se les comunicaba sobre el aumento de sueldos y la implementación del salario familiar que aplicaría el gobierno. La CGT sostenía la posición pro-imperialista a favor del los Aliados y afirmaba que Mercante, Perón y el GOU eran “nazis y fascistas”. Por el contrario, Monzalvo y sus compañeros adscribían a la posición del gobierno de No Intervención en la Guerra.  

Se reunieron con Perón, flamante Secretario de Trabajo y Previsión,  quien les confirmó el cese de la intervención y que el propio Mercante quedaría provisoriamente a cargo. Ante la urgencia de hacer conocer las novedades a las seccionales, Monzalvo creó un eficaz sistema de comunicación: a la partida de los trenes un compañero recorría el andén informando a los guardas y al resto del personal sobre  las reuniones y se les decía: “contáselo a tus compañeros”. 

El día que Mercante asumió la intervención participaron 5.000 trabajadores ferroviarios movilizados sin esfuerzo. Monzalvo fue designado Asesor y reclamó un aumento general de sueldos del 10%; un aporte de $ 1.000.000 para el Hospital Ferroviario y la devolución de lo retenido por el “Laudo Presidencial”. 

La CGT se había dividido, la Nº 1 Domenech y la Nº 2 Borlenghi. Los ferroviarios trabajaban por la unidad e invitaron a  Perón a visitar Rosario para asistir a un plenario gremial que se trasmitió por la Red Nacional. Inmediatamente Monzalvo comenzó a ser requerido por las distintas filiales iniciando la gira en San Juan la que finalizó milagrosamente el día anterior al terremoto que dejó 10.000 víctimas.  

Mas tarde Perón visitó Córdoba procediendo a designar al Tte. 1º Héctor Russo a cargo del Departamento del Trabajo (**).  En el organismo se habían “perdonado” multas por $ 300.000, “los abogados y procuradores de la dependencia habían hecho  perder centenares de juicios por despido a los trabajadores y había 2.000 expedientes de multas sin diligenciamiento”. Rápidamente se imprimió otro ritmo: “solo el primer día de actividad se registraron consultas de 1.200 personas” sustanciándose actas de conciliación, convenios laborales y disponiéndose inspecciones a empresas. La noticia se extendió a “las serranías, los quebrachales, las minas y las Salinas dominio de capataces bravos donde los trabajadores estaban desamparados de toda protección. En Malagueño, en la fábrica de cales de la familia Ferreyra, se reunieron 800 trabajadores para dejar constituido el sindicato del ramo”. En esos días Perón anunció la devolución de los $ 23.000.000 retenidos por el “Laudo Presidencial” y la construcción del Policlínico Ferroviario y otros nosocomios en el país. 

Las medidas a favor de los trabajadores encendieron  una luz de alarma en la prensa  que tituló “El Sindicalismo copó la Revolución” al igual que en los partidos políticos los que, a favor de los Aliados y con el apoyo de la embajada de los EE.UU., se apresuraron a constituir la Unión Democrática. 

“Sabíamos que el día 8, alejarían a Perón”

El Gral. Ávalos encabezó la sublevación exigiendo la renuncia de Perón quien hizo trascender subrepticiamente que al día siguiente pasaría por su despacho a retirar sus efectos. Allí pudieron reunirse unos minutos solicitándosele que hablase a los obreros para explicar la situación. Lo hizo utilizando el balcón de la Secretaría de Trabajo y pidió que nadie renunciara afirmando que “la emancipación de la clase obrera está en el propio obrero y que el mundo marcha en esa dirección”.

El viernes 12 se reunieron “los reaccionarios y eternos enemigos del pueblo con el Almirante Vernengo Lima con la esperanza de copar el poder”. El fin de semana del 13 y 14 los sindicalistas no descansaron, emplearon sus horas informando a los trabajadores que Perón estaba detenido en Martín García. El martes 16 Ávalos citó a Monzalvo y su grupo, éstos transmitieron la preocupación existente por la situación señalándole que las bases obreras iban a actuar hasta lograr la libertad del Líder. “Ávalos empalideció, no llegamos a saber si fue por el planteo o de indignación”. Quien encabezaba la sublevación había acompañado a Perón en todos los actos de la U.F. y les dijo “a Perón no le ocurre nada malo, fue llevado a Martín García para preservar su integridad personal ofreciéndoles el uso de  la Cadena Nacional (que rechazaron) para que informaran a los trabajadores que, al otro día, Perón estaría en el Hospital Militar”.

El 17 de octubre “Día de la Lealtad”

Fue impresionante la presencia de trabajadores de todas las ramas que arribaban a Plaza de Mayo.  Muchos convocados por propia voluntad, otros por sus gremios, la mayoría provenía del cinturón obrero del gran Buenos Aires. Enfervorizados todos exigían la presencia de Perón, hasta que ese reclamo atronador que estremecía a los presentes estalló en una alegría inmensa al hacerse presente el Líder en el balcón. 

La joven clase obrera había entrado a la historia y tenía nuevos dirigentes que no eran meros testigos sino principales  protagonistas del magno acontecimiento del Siglo XX. Pero ese mismo 17 lejos se estaba de culminar la lucha. En la misma jornada se puso en marcha la tarea de fundar un partido para llevar a Perón a la presidencia de la Nación. 

(*) “Testigo de la Primera Hora del Peronismo”. Ed. Pleamar, 1974. (Es muy escasa la bibliografía sobre este dirigente, no existen ensayos, ni libros, ni tesis en referencia a este auténtico luchador del peronismo obrero).

(**) El historiador Roberto Ferrero le asigna un rol relevante al Tte.1º Russo en Córdoba, inclusive superior al desempeño de Mercante en Buenos Aires. “Del Mutualismo al Cordobazo, Ed. CEPEN 2009” 


jueves, 13 de octubre de 2011

En Cultura y en Política

No se trata de cambiar de Collar
Sino de dejar de ser perro


Por Luis Alberto Terroba


Decía don Arturo Jauretche, que cuando muere la zonza vieja, queda la zonzita preñada. Vale la frase para entrar a analizar nuestra Cultura Latinoamericana, donde la “zonza vieja”, la cultura oligárquico-europea, ha muerto hace largo tiempo, pero no ha sido sucedida por la “Cultura Nacional”, sino por la “cultura progresista” de matriz europea, que viene así a constituirse en la “zontita preñada” que los imperios nos instalan dejándola como presente griego.

Si la oligarquía nos hablaba de “héroes” y construía sendos monumentos de bronce generando la convicción de que Bolívar se bañaba a caballo y en uniforme de gala; los progresistas contabilizan el número de amantes del Libertador. Por “derecha” y por “izquierda”, ninguno cuenta las “razones políticas” por las cuales los “boicoteadores del Libertador”, le dejaron volar la Casa Fuerte de Barcelona en 1817, donde se habían acumulado las armas, que le había entregado el gran Petión, para la campaña que se avecinaba, en el proceso básico de unificación de Venezuela.
Cuando esa “alianza” de oligarcas y progresistas no puede resistir el embate de los “incorregibles”, o sea de los que no nos conformamos con la “última palabra” a la moda, oligarcas y progresistas se “unen”  para llegar al “sagrado pacto” de publicar la Carta de Jamaica, como Acta de Nacimiento de la Nación, para “evitar un daño mayor aún. Los oligarcas sosteniendo que los Libertadores son los únicos hacedores de la “Revolución de Independencia” y los progresistas afirmando en la misma “no participó el pueblo”, continúan el ocultamiento por nuevas formas. Para sumar más confusión, se suman las escuelas imperiales de fomento de la división de Latinoamérica, inventando las comunidades originarias, como entidad separada y sin nada que ver en la Revolución de la Independencia. Así se siembra en la bases, se inscribe en nuestra Acta de Nacimiento que somos hijos de la casualidad, sin padres y madres ciertos, sin cultura propia, o al menos con “muchas” culturas todas enfrentadas irreconciliablemente y sin posibilidad de reconocernos como entidad cultural única, sólida, valiosa y fundamento esencial de nuestra nacionalidad. En resumen la máxima aspiración de los imperios centrales: mantener y si es posible aumentar la división de nuestra Nación, elemento esencial como afirmó Perón, para derrotarnos, o sea mantenernos separados, para derrotarnos juntos.

De cómo se nos enseña a desconocernos

Nunca hemos tenido escuelas de enseñanza, sino de desenseñanza, nuestras escuelas de ignorancia. Porque en verdad, toda la estructura se ha empeñado y con éxito, en convertirnos en ignorantes de lo que interesa, para que aprendamos lo que no nos sirve. Porque ¿de que vale saber matemáticas sino sabemos nuestros intereses para aplicarlas correctamente? Aprendimos matemáticas para hacer ganar a las empresas extranjeras, pero nunca para calcular la forma de enriquecernos nosotros. Tenemos los mejores ingenieros para fabricar automotores Ford o Renault o Mercedes Benz, etc. Si hubiéramos aprendido nuestra cultura, o sea la base para cuidar nuestro interés,  hubiéramos fabricado con tecnología nuestra, nuestro propio auto y tal vez le hubiéramos llamado “gaucho deportivo”, “llanero utilitario”, “camiones huaso”, “motos amazona” o “tanques Inti”, como en su momento lo hizo el general Perón con sus aviones “Pulqui” o “tractores Pampa”. La desintegración previa facilitó su derrota, como en el s. XIX la de nuestro Solano López del Paraguay, entre tantos otros, con sus propia siderurgia, su propio papel, con sus paraguayos dueños del Paraguay.
Pero como tomar tales nombres si nos enseñaron hasta en dibujos de historieta las historias de Gilgamesh pero nunca las aventuras de Anacaona. Nos hablan de Rómulo y Remo, pero nunca de Atahualpa. De los caminos romanos pero nunca de los caminos incas. De las tres miserables pirámides de Egipto y nunca de las monumentales pirámides americanas de infinita mayor belleza. Siempre se cuenta la vida de los otros, pero nunca de la vida nuestra. ¿Cómo pedir que se tenga mentalidad de ciudadano en lugar de mentalidad de policía? Así el trabajo se torna más difícil, pero hacerlo hay que hacerlo. Se trata de desaprender lo aprendido para aprender lo que debemos saber.

García del Río. Un gran americano de nuestra cultura

¿Se conoce masivamente quien era García del Río, el inmortal cartagenero? ¿Porque se lo desconoce?
En realidad es un prócer. No hay inconvenientes con eso. García del Río fue el leal ministro y agente de San Martín. Hizo conocer al público británico (en la época que nuestros diplomáticos invadieron Europa, en la época que nos sabíamos ganadores como para que marinos argentinos bombardearan justamente a Europa; San Martín llamara a su banda de amigos “La Lautaro” y Bolívar pensara en enviar una flota a España), la biografía del inmortal correntino del Río de la Plata y Protector del Perú. García del Río reunió materiales para la Biblioteca Pública del Perú, donde acumuló las obras del mexicano Mier; el Censor Americano del guatemalteco Irisarri, ministro de Chile; las obras de Humboldt, el europeo que estudió América porque nada interesante existía en Europa; las obras de Zea, la colección de “El Español constitucional”; la “Biblioteca Americana” de Bello, todo lo cual encaminó a Lima.
García del Río era brillante, sin dudas. Pero tenía malos amigos y peores costumbres, según pensaban los intereses imperiales. Amigo de Monteagudo, San Martín, Bolívar (aunque también disputara con ellos, porque como todos los padres de la Patria, no era borrego de arrear). Eso ya le creaba dificultades. Digamos que García del Río tenía por amigos, a los peores del barrio, desde el punto de vista de oligarcas, españoles, franceses e ingleses. Era Latinoamericano: como tal y por eso, nos resulta tan grato a nosotros.
Tenía por lo tanto, la mala costumbre de hacer propaganda latinoamericana en el corazón de Europa. De publicar junto a la biografía de San Martín, los que se llamarían “Peruvian Pamphlet”, el trabajo revolucionario del gobierno peruano hasta 1822. Y para mejorar su “prestigio” publicó la exposición efectuada por Monteagudo junto a las razones por las que se había designado al Protector con poderes absolutos por decreto del 3 de agosto del 1821, con el Estatuto Provisional hasta que se pudiera restablecer la Constitución del Estado, la supresión de los tributos y servicios personales de la mita y encomiendas para los originarios; la creación de la Biblioteca Nacional y del Colegio Central, conjuntamente con la facilidad para que los extranjeros que quisieran naturalizarse y establecerse en el Perú, con el requisito de aceptar la independencia, fijar su residencia y ejercer una profesión útil, haciendo atractivo para comerciantes e industriales trabajar para el Perú, en lugar de que el Perú trabajara para Europa.
A la amistad de San Martín y los Libertadores, García del Río sumaba la cualidad de escribir excelentemente y además ser sumamente inteligente.
Hasta allí lo podían tolerar, con renuencia, pero tolerar.
Pero había una cualidad que sumada a la inteligencia, le hacía insoportable a sus enemigos y los enemigos de Latinoamérica unificada: era de una integridad excepcional. Eso lo hacia totalmente peligroso para oligarcas, ingleses, franceses y españoles.
Compartía con San Martín el rechazo de los principios abstractos y las magníficas teorías en papel pero inaplicables en Latinoamérica, esas abstracciones a que son tan adeptos los progresistas, Así, era publicista del cuerpo legal que San Martín había dado adaptado a las necesidades de Perú y del Pueblo. Para agravar las cosas, como Bolívar, San Martín, Sucre, Artigas, Manuela Sáenz, consideraba que la Patria, era América.
Hasta allí lo podían detener o asesinar para controlarlo. Pero sumando malas ideas, a García del Río se le ocurrió dirigirse a la juventud americana, manifestando que “tres potencias conformaban al hombre: el corazón, el entendimiento y el cuerpo”, anticipando en muchos años lo que renombrados psicólogos enunciarían sobre fines del s. XIX, porque no solo los Libertadores eran hombres que actuaban según el presente, sino que pensaban para dos siglos venideros, conociendo muy bien sus antecedentes autóctonos, aquellos “indios” a los que Bolívar juró hacerles “todo el bien posible” y reconocido por estos en el magistral discurso de Choquehuanca.
Para agravar su mala fama, García del Río daba importancia al conocimiento histórico y fue el más duro detractor del pasado colonial, según lo reflejara en un artículo de la “Revista del estado anterior y actual de la instrucción pública en la América antes española”.
A García del Río había que ocultarlo. Ciertamente a los jefes les fue peor: antes de ocultarlos los asesinaron.
Así, como maestro en este terreno, sostuvo la verdad. Nuestra historia se puede clasificar en Antigua, Colonial e Independiente, pero jamás puede interesarnos que se divida en antigua, media, moderna y contemporánea. Eso será útil para Europa, no para nosotros. Nuestra historia completa, desde Cuauhtemoc hasta hoy, es de luchas por conquistar la autonomía y nuestro derecho primero a la Unidad, la de Europa es un largo rosario de canalladas: desde la guerra a Yugurta hasta las piras de la inquisición; desde el robo y crimen en América al crimen en China; desde los campos de Stalin a los campos de Hitler, para dar solo unos pequeños ejemplos. La máxima expresión de la cultura europea son la guillotina, lo horca y el garrote vil, sus políticos, sus poetas, sus músicos vivieron del trabajo de sus propios coterráneos y sus casas se construyeron con el barro de sus miserias y la sangre de toda la humanidad. No solo el capitalismo y no solo en su despedida, Europa se cubrirá de barro y sangre de la cabeza a los pies, así nació y vivió. Esa no es nuestra cultura.

¿Cuál es nuestra historia?

¿Cuántas legiones romanas marcharon por América? ¿Cuántas obras construyeron los romanos? ¿Cuántas guerras desarrollaron romanos y germanos en nuestros países? ¿Vivieron asirios y caldeos en Bolivia o en algún país americano? La respuesta a todas esas preguntas y las que se realicen por el estilo, es: Ninguna, no, nada. Sin embargo en nuestras escuelas de párvulos, medias y superiores se enseña sobre Julio César, Vercingetorix, etc. etc. O sea nada sobre los nuestros. Y si no se enseña nada sobre lo nuestro, pues en eso nos dejan. En nada y en la nada.
¿No tendría más importancia acaso aprender cuales eran nuestra civilizaciones originarias, sobre su conflictos, sobre las razones que enfrentaban a Aztecas y aquellos que habían sido sujetados a su dominio militar; aprender las razones que enfrentaron a Atahualpa con Huáscar; conocer en prefundida la cultura de Mapuches que produjo aquel Lautaro cuyas tácticas militares se siguen usando; conocer el valor de aquellos charrúas cuyo valor legendario perdura aún cuando han desaparecido?
¿No es acaso más importante estudiar el período colonial y las luchas en que se vieron inmersos los restos de la resistencia originaria, los conflictos de los “gérmenes” de la nueva raza surgida por el choque producido por la invasión europea con los funcionarios de la ocupación y el acumulado aprendizaje que llevó al salto cualitativo de organización a partir de Condorcanqui? Me parece que las razones del ocultamiento son simples. Ignorarlas es ignorar las razones profundas por las que la invasión europea triunfó, y no solamente por la “superioridad” técnica. Nos daría la explicación de por que culturas superiores fueron derrotadas por culturas inferiores, como los griegos fueron derrotados por los romanos.
¿Por qué estudiar a Carlomagno, origen del deseo de unidad europea y no los trescientos años de colonia que van de 1493 a 1810? ¿Por qué no estudiar los levantamientos de las poblaciones americanas durante los trescientos años de colonia?
La respuesta también es sencilla. El ocultamiento tiende a ocultar más que el hecho en si, la explicación. Estudiar las razones por las que Rumiñahui, Kalcuchima y Khiskhis fueron derrotados, situación que se prolongó a pesar de las muchas batallas, muchas exitosas, pero que culminaron en pérdida de las guerras, nos lleva a estudiar sobre esa base, la independencia. A comprender que el levantamiento de Gabriel Condorcanqui, Tupac Amaru II, fue un salto cualitativo. En ese levantamiento se muestra una nueva forma de lucha. Los originarios solos, fueron derrotados permanentemente. Ahora se integraban los criollos. A tal punto que el primer teórico de la revolución, el peruano Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, se encontraba en París comprando armas para el levantamiento de Condorcanqui. No es casual que su Carta a los españoles americanos, fuera el documento que leyera el general Miranda al desembarcar en Coro en 1806. Todos conocen a Rousseau o Voltaire, los teóricos de la clase media o la burguesía francesa, pero pocos conocen a Vizcardo.
Poner nuestra enseñanza sobre base cultural americana, nos lleva a comprender que nuestras raíces están en Cuauhtemoc, Atahualpa o Lautaro. Que a esa cultura, producto de esa base a la que se sumaron elementos que entre muchos males aportaron algún bien, tenemos derecho todos los latinoamericanos, pues alto fue el precio pagado por todos los que habitaron y habitan su suelo. Y además, que la cultura, la economía, las sociedades europeas no tienen que darnos “donaciones” sino que tienen que pagarnos lo mucho que nos deben. No somos deudores de Europa, sino los principales acreedores, tanto por préstamos realizados, como por los daños y perjuicios que nos han causado.
Pero mal podemos adquirir las fuerzas para exigir, sino no aprendemos la verdad, que además del beneficio en si, nos es favorable.
Originarios fueron nuestros primeros patriotas, hijo de originaria y español fue nuestro primer rebelde, negro fue nuestro primer independentista triunfante; criollo el diseñador de la obra; criollos nuestros generales y políticos victoriosos. La derrota momentánea de todos los comprendidos en los colores de la bandera de Gual y España, es nuestra tragedia y revertirla es nuestro norte. Los rasgos de todos se manifiestan en nuestros rostros y en nuestro carácter. Sus enseñanzas son la base de nuestro aprendizaje. Fuimos victoriosos en la Unión, cuando llegamos a ser lo que somos: Americanos a secas y derrotados en la división, que para nosotros fue un descuartizamiento cultural. No es difícil sacar la conclusión del que debe ser nuestro método. La suma y la multiplicación debe ser nuestra enseñanza, nuestro trabajo y nuestra política, la resta y la división es la política de los imperios.
Nuestra revolución Latinoamericana es principalmente una guerra cultural y como tal se debe reflejar en la unificación de la enseñanza. Nuestra historia para quienes quieran clasificarla es Antigua, Colonial e Independiente, nuestra actualidad es la Unificación. Es la historia de todos nosotros, los latinoamericanos. No nos sirven los métodos ajenos a nuestra Cultura. Nuestro método fue sintetizado por nuestro gran maestro: Inventar o Errar, aunque para nosotros ya no se trata solo de eso. Los independentistas desde 1493 a 1830 ya lo inventaron. Se trata de aprender y aplicar, para construir la obra que fue truncada por ingleses, franceses, españoles y oligarcas en la fría mañana del 4 de junio de 1830 en las montañas de Berruecos.
La Patria Grande tiene una Cultura Común, que nació y se desarrolló dentro de América. Sobre esa base se debe desarrollar la educación común y ese trabajo no solo es de los gobiernos, sino en primer lugar del dueño de Latinoamérica: su Pueblo